sábado, 13 de octubre de 2007

Maniobra nº1: Hacer que se admiren tus cualidades.

Salgo de casa. Hay pocas ganas de fiesta, y mucha somnolencia. Me esperan en la esquina misma de mi calle.
-Hoy te has puesto de punta en blanco.
-Claro, hombre, es viernes. Lo que no comprendo es por qué tú no te has puesto el jersey que te compraste ayer.
-Bueno, no me apetecía, sin más. Además no me hace que se impregne de humo.
-Tampoco es ésa razón para salir un viernes como si fueses a la facultad.
-¿A qué te refieres?
-A que sales casi con el chándal.
-Hombre, si lo dices por la chaqueta…
-A ver, si me gusta… pero claro, con un jersey mucho mejor.


Entramos en el bar, cerca de la medianoche. Viernes de fiesta nacional, y poco ambiente callejero.
-¡Uy, qué ojeras tienes hoy!
-¿Qué tal si comenzamos con un Hola?
-Ah sí, claro. Hola, y tal. Pero es que te veo hoy muy demacrado, chico.


Pasan las horas, doy un pequeño descanso al vino y entramos en el bar pop por excelencia de la ciudad.
-¿Te puedes creer que me han dicho antes que tengo ojeras?
-¿Ojeras? No, ya no tienes ojeras… Si acaso un poco hinchado este ojo, ¿no?
-¿Cómo que hinchado?
-Si, mira, ve al baño y compárales. Verás que tienes hinchado el ojo izquierdo.


Acabamos en el bar de siempre, a la hora de siempre. Nos encontramos con los de siempre:
-¡Menuda fiesta llevas a las espaldas!
-Lo cierto es que no. ¿Por qué dices?
-Ah, no, como tienes los ojos rojos…
-Será cosa del humo.
-Sí, claro. A lo mejor es hora ya de irse a la cama.
-Eso pienso hacer. Ahora mismo.


Ya en la cama caigo en la cuenta de que nada me ha molestado. No tengo estos días ánimos de gustar, ni siquiera a mi mismo.

Vivo esperando, y mientras espero me olvido de vivir. Eso se acabará hoy mismo.

Hoy voy a gustar.


No lo hago por dinero, lo que quiero
no es nada que se pueda comprar.
No lo hago por las fans ni por subir ego.
No lo hago por las listas, que van de listas.
Y AFIVE casi que me da igual.
No lo hago por dinero tan solo quiero
que él escriba sobre mí en su columna
de opinión seria y febril,
y que ponga mi nombre en su urna
Tantas veces le leí imaginando
que escribiría sobre mí,
sobre el cómo, el por qué y el cuándo.
Solo salió mi disco
fui a un kiosco
repleto de prensa musical.
Todavía no hay nada
esperaré un poco.
Abrí lento la pagina en que él escribe
(lo bueno siempre se hace esperar)
y al ver ni nombre en ella cerré los ojos,
no me abduciera ver las estrellas.
Pero él se ríe de mí.
Dice que intento
parecer provocador
y provoco solo aburrimiento.
Pero él se ríe de mí.
Es fulminante.
Dice que soy infanta¡il,
cursi, hortera, falso y pedante.
No lo hago por dinero
no es lo primero.
Y el resto también puede esperar.
No lo hago por las fans, ni por subir ego.
No lo hago por las listas, van de listas.
Y AFIVE casi que me da igual.
Pero él me ha echado al triste agujero negro,
dónde no llegan ni sol ni estrellas.

Pero él se ríe de mí (Ellos)

martes, 9 de octubre de 2007

Combustibles de ultima generación regia.

En estas estamos, de plena lucha dialéctica por un quítame de aquí esta España que me hace daño a la vista. Mira que nos lo viene avisando Rajoy y no queremos hacerle caso: el país se nos rompe en pedacitos cual sopera de porcelana mayólica, o mejor aún, de Sargadelos, que es patria, recia y azul. La culpa, que hay que focalizar el objetivo de nuestra ira, es del gobierno zapatillista (o zapatillero, según versiones) Y es que nadie antes como Zetapé fue tan débil y permitió tan alocadas veleidades rupturistas en el extrarradio de la Patria española.
La verdad rajoyana viene refrendada, además de por los barones del integrismo españolista (que viva Zaplana y que Arriba España), por toda una pléyade de neofascistas mediáticos liderados por Losantos y los profesionales de Telespe. Sin ellos y su entregada lucha por la verdad y la libertad, nunca hubiésemos descubierto los ocultos objetivos de la conspiración zapatillista. ¿Quién puede negar, después de una mañana en la COPE o una noche en Telespe, que Zapatero está en pleno proceso desmembrador de esta España nuestra? A mí los obispos me tienen más que convencido que Zepaté es el mismísimo Lucifer encarnado.
Ahora vascones y catalanes, aprovechando los espacios abiertos por el demonio socialista, empujan un poco más y arremeten contra los Borbones. Que si te quemo una foto, que sales con una cara-bobo que no puedo con ella; que si mira que eso de quemar fotos del JuanCar es muy feo y te voy a meter en la cárcel; que si aprovecho yo la jugada y pongo a parir al Juancar, que le tenía unas ganas… Una fiesta continua es lo que tenemos en este Estado nuestro.
JuanCar, que no se sabe muy bien si pinta en todo esto algo más que el posado de la foto que quema hoy la muchachada, solo se atiene a añadir que sin él el santo Estado Español no sería como lo conocemos hoy. Le sigue Rajoy y la pléyade neofascista, que quieren ahora que el himno de la Patria ensalce a los Borbones, si es posible sin dejar al descubierto sus problemas de consanguinidad. Mientras, Zetapé insiste en que los muchachos no saben lo que hacen, pobres de ellos. Déjales que se diviertan quemando papelitos, total a ti que más te da.
Desde Vasconia se pasa bastante del asunto. Si Anasagasti soltó la lengua es porque lleva ya muchos años en Madrid y ha perdido contacto con la tierra. En Euskal Herria hace mucho que a los Borbones se les pasan por ahí dónde soltamos pedos. Poco o nada importa si juanCar hizo esto o lo otro, ahora el tema está en ser los primeros en romper España y provocar el tan deseado infarto cerebral de Losantos.
Cataluña es otro cantar, bien lo sabemos todos. Adolecen allí de cierto complejo de inferioridad, pobres de ellos, viendo como ven que los euskaldunes se lo montan mucho mejor. En esto es sintomático lo que le ocurre a Artur Mas, que cuando se le pregunta por el referéndum de independecia vasca, él insiste en que Cataluña sigue su propio camino en respuesta a lo que nadie le pregunta. Quien se pica, ajos come, que dice mi señora madre.
De ahí la rabia, y la quema incontrolada de símbolos de la patria opresora. Medidas desesperadas para hacerse ver y notar, que ellos están tanto o más oprimidos que los vascones, ¡hombre ya!
No sé si fue envidia o rabia, pero el otro día en la facultad encontramos escondida en una estantería una fotografía de los reyes, y me entró un instinto pirómano…